jueves, 31 de enero de 2008

GUANABI LOLITA

Pero ya se me fue el tren. Lo más cerca que estuve fue gustarle a un señor de 19 cuando yo tenía 12. Pero en ese entonces ni me imaginaba que le gustaba - me lo dijo años después, cuando me lo volví a encontrar- y el también me gustaba, pero ¡jebús! era inaceptable que me gustara alguien tan grande y era imposible que él se fijara en la mocosa gorda, feíta y dienteschuecos que era yo- según yo, pinche autoestima, desde entonces...pero ese es otro post-. Muy tarde me dí cuenta que ni yo era gorda ni feíta- dienteschuecos sí , pero ya no- ni era tan imposible que le gustara, al contrario: era yo una doceañera muy buenona y el cabrón me adoraba. Pero nos faltó tiempo y valor, y nunca concretamos nada, y ahora ya soy muy grande para él, porque le siguen gustando de 12,13 ó 14 años.

Fuí creciendo y ya no se presentó ninguna oportunidad así, más que la de los tipos de treintaytantos que me gritaban en la calle o me lanzaban miradas, o la de los tipos de arriba de 25 con los que acababa fajándome en alguna borrachera y huían cuando se enteraban que tenía 16 ó 17.

Y ahora que soy legal, mis posibilidades disminuyen. Ya no estoy buenona como cuando tenía 12 ó 13, las chelas y la comida chatarra se hacen notar en mi cuerpo de 5 kilos extra. No encuentro un wey de 30-40 para cumplir mi deseo antes de alcanzar los 20, porque después pss ya qué chiste, pierde el toque kinky.

¿Será que no he buscado suficiente? No se, pero mi adolescencia se acaba rápidamente.

miércoles, 30 de enero de 2008

TOS, MOCOS, DESTRUCCIÓN...

Desde hace 3 días ando moquienta y con flemas y fiebre y me duele la garganta y me duelen los oídos y me quedo en mi casa todo el día y los planetas se alinearon y cantan 'pooobres almas en desgraciaaa' dedicadísima a mí... Chale... si veo mucha tele me duele la cabeza, y si estoy sentada frente a la computadora mucho tiempo me duele la cabeza, y si leo mucho me duele la cabeza, y ya estoy aburrida, más que cuando ví La sociedad de los poetas muertos, incluso más que cuando intenté leer La Iliada y deje de intentar antes de llegar a la mitad del libro porque mis ojos leían pero mi mente andaba amaestrando monos mayordomos.

Hoy llegué al punto en el que mi nariz está roja y mis mocos salen con sangre y hablo como El Padrino( y hasta extrañé la escuela y hasta me puse a estudiar para mi examen de admisión a la universidad, jojo).

Quiero que sea sábado y no estar enferma y salir por unos litros de vodka + jugo de arándano + redbull, y cerrar de forma bonita esta semana tan pinche.

martes, 29 de enero de 2008

DEAD

"Y no me arrepiento de nada que hice ayer, me arrepiento de lo que pude haber hecho, haber dicho, y ya no podre hacerlo jamas…"

Cuando pasan cosas desconcertantes que te aturden y te toman por sorpresa, observas con más cuidado lo que pasa a tu alrededor, porque el tiempo transcurre en minutos interminables, como en cámara lenta.

Cuando pasan cosas tan difíciles de creer y totalmente inesperadas, como una muerte repentina, vienen muchas preguntas a tu mente, y te detienes a pensar en muchísimas cosas. Piensas que tal vez deberías ser menos rencorosa y olvidar ciertas ofensas menores a favor de salvar relaciones y amistades preciosas. Se te ocurre que quizás vale la pena hacer las paces con aquella persona que tanto detestas. Quisieras ser más abierta, a fin de hacer amistad con personas necesitadas de alguien que esté ahí para hablar y escuchar. Desearías ser menos tímida y más afectiva para poder decirle a la gente que quieres, que los quieres... Todas esas cosas para no tener que volver a arrepentirte( tarde como ahora) de las causas perdidas por pequeñas pendejadas, para no arrepentirte de lo que pudiste hacer y no hiciste, de lo que podrías dar y no darás, de lo que pudiste decir y no dijiste.

La muerte- y más aún, un suicidio- impacta, como un madrazo sorpresivo en un momento de aparente serenidad. Duele en distintos niveles. Es totalmente difícil de aceptar. Trasciende. Deja en el aire un tufo enviciado, pesado, de impotencia por no poder regresar el tiempo y hacer las cosas de otra manera...

miércoles, 23 de enero de 2008

Que siempre sí...

Hace una semana dije que ya no iba a fumar.
Ayer compré una cajetilla de Camel.

Creo que sólo es la costumbre, pero lo dije porque me fijo mucho en los dientes y los míos ya están cambiando de color. Pinche vanidad. Además, que si el cáncer, la celulitis, el envejecimiento prematuro...

Algún día me voy a morir.

lunes, 21 de enero de 2008

AMNESIA DEL DÍA SIGUIENTE.

Ajá. Como cuando a causa del alcohol haces cosas(besos, faje, sexo) con un tipo, y al día siguiente te lo encuentras y desvías la mirada o emites una risita pendeja y nerviosa con un 'hola' entre dientes. Ajá. Pero la cosa se complica cuando el wey no es cualquier wey, sino un wey al que conoces desde hace mucho mucho tiempo( y que te gusta desde hace...un tiempo) y al que seguirás viendo por aún más tiempo. Entonces ni fingir te sale, y es complicado fingir amnesia del día sguiente, porque lo recordarás por mucho tiempo.

Mientras tu cabeza empieza a tejer historias de película romántica( al estilo de Niño y Niña se conocen y crecen y un día, oh, las cosas suben de tono y a partir de dicho suceso descubren que se quieren y se juntan y son felices y...). Pero no. A él le resulta muy sencillo fingir- ¿o lograr?- tan prudente amnesia(Lo siento nena, fué el alcohol. Sólo somos amigos. O conocidos. O quién sabe.). Ajá. Tenía novia, y tú no sabías, y no le preguntaste porque no es de gente decente andar preguntando esas indiscreciones- o por evitar la incomodidad y el 'jijiji va a pensar que me gusta').

¿Qué hacer entonces? . Enojarse. Azotarse. Deprimirse. Sufrir. Llorar. Berrear. Así, bien pinche. Como dramita teen Televisa. Pero nel, apenas voy en la parte azotada , llegándole tantito a la tristeza. Y aún así, me caga andar de azotada y queriendo que me quiera, porque siempre he menospreciado a aquellas pobres muchachitas que andan llorándole a un tipo, como Sofía, la de 'El pasado' la peli esa donde Gael sale de argentino y ella sigue clavadísima con él diciendole ' todo esto podría acabar si sólo admitieras que aun me amas y...'. Hueva. Qué pinche ridículo se siente ser Sofía, yo quiero ser chingona como Estella, y que él me llore a mí. Pero no, hoy no.
Haciendo gala de mis buenos modales, no me verán llorar. Tal vez sólo me enoje un poco- ¿le mentaré la madre algún día?-. Tan recatada, yo.
Ajam.