viernes, 13 de marzo de 2009

Corazón de nadie

Fernando Pessoa me habla al oído...lo mismo que Salvador Novo, y el ya incondicional Sabines, mientras Segovia me canta canciones sin su música.

Y con su música me cantan desde Oasis y Radiohead- ahora sí, siempre sostuve que es música para deprimidos- hasta Calamaro, Bunbury...Arjona, Jeans, Westlife, y todas esas cosas que había desdeñado y que ahora me ayudan a calmarme un ratito ( ahora mismo suena "Cada que" de Belanova).

Es curioso como ya van varias veces en este mes jodido que la gente me dice "¡Qué bien te ves!", "¡estás radiante!" "últimamente te ves muy contenta". Ja. Después de todo no soy tan mala fingiendo. Maquíllense un poco y plánchense el cabello chicas, no saben como cambia la manera en que la gente las percibe: piensan que soy más que un zombie. Soy una chica zombie medio guapa y ya.

Sí, ando zombie. Viene el puente y me voy a pelar a mi pueblo porque ya me hace falta. No porque "pinche df está bien feo y es bien inseguro y llégale a la verga", sino por cambiar un poco de aire y habitar un espacio que Él aún no contamina, por donde no ha caminado, una cama donde no ha dormido, una puerta cuyo umbral no ha cruzado. Ya me harté de verlo los martes y jueves de 4 a 6- por más gozoso que siga siendo el contemplar sus labios y su nariz y sus cejas y sus lunares-, porque ya me harté de soportar sus cambios de menopáusica: que si hoy es amigable, que si mañana vuelve a ser coqueto, que si ayer fue un mamón, que si hoy fue un pendejo pero a los dos segundos me dice "comadre" (tuputamadrependejo, quésexyeres). Me asfixia el encontrarme su recuerdo en la Condesa, en Viveros, en la Facultad, en las islas, en el centro, en mi casa, en los conocidos en común, en su obsesión por el metro, en la música que a ambos nos gusta, en la comida que ambos disfrutamos, en los weyes flacos altos y cejudos, en los recuerdos de la niñez que ambos vivimos de forma similar.

Sé que es estúpido anhelar el olvido. Sé que me voy a acordar de él por siempre y él de mí. Pero por ahora sólo quiero un poco de aire, un poco de calles coloniales y edificios chaparros, quiero un poco de oxígeno que aún no me hayas viciado con tus inseparables Marlboro rojos.

Y tal vez un poco de Prozac.

5 comentarios:

Borchácalas dijo...

Sí. Es cuando los vivos se vuelven fantasmas antes de morir. Eso es lo malo.

Correr siempre es la opción.

A mi me gustaría poder hacerlo.

Cool Acid dijo...

Es que el metro es la ondita...

Abril Mora dijo...

Tú también?? u_u Es lamentable saber ke existe otra blogger en el DF ke sufre de la misma pierna ke uno. Suerte, pues!

Alebrijemx dijo...

...y tal vez un poco de prozac
Tranquila, de amor nadie se muere ;-)
Saludos, Diego

Anónimo dijo...

ya vas ganando fans. orale. y prometen ser fieles. en fin. todo sugiere que estudias en la fac de letras de la unam. si es asi, hay controles de lectura? por que, que yo sepa, no. digo, a mi nunca me preguntan si lei y nunca me calificaron de esa forma. pero yo ya me quiero ir de ahi. y sera pronto.